La Ciudad de Requena

Historia

Los trabajos de rehabilitación del interior de la Fortaleza y de la Plaza del Castillo, permitieron fijar el origen de la Ciudad de Requena, ―la Villa―, en el siglo VII aC., durante la Primera Edad del Hierro. En el siglo IV-III aC. aparecieron una serie de hogares construidos con arcilla, así como cerámicas, ánforas y tinajas. Ya en el siglo II aC. durante la época imperial romana, se encontraron tres aljibes con muro y varios silos de planta circular junto a un horno de fábrica de ladrillo, además de diversos materiales de construcción.

Durante la Edad Media, Requena formó parte de los reinos musulmanes de Al-Andalus conocida como “Rakka’na” (la fuerte, la segura) y así se la cita en las crónicas sobre los itinerarios de las tropas del Califato de Córdoba de mediados del siglo X. La Villa fue el asentamiento inicial de la ciudad y su núcleo de población y, debido a su situación estratégica entre la meseta y el litoral, una ciudad codiciada por su función defensiva. Se desconoce exactamente la fecha de la conquista por los cristianos, aunque se data en 1238 cuando fue tomada por el rey Fernando III el Santo, el mismo año que el Rey Jaime I El Conquistador entrara en Valencia. Pero Requena no pasa a pertenecer a Valencia, sino que pocos años más tarde, por acuerdo con Alfonso X El Sabio, entró a formar parte del Reino de Castilla, organizándose la comarca en forma de comunidad de Villa y Tierra con capital en Requena, convirtiéndose en aduana de Castilla.

El carácter de ciudad fronteriza hizo de Requena un enclave estratégico y de notable auge comercial: en 1257 Requena recibía la carta puebla de la mano del rey Alfonso X y, en 1264, la concesión de puerto seco y almojarifazgo. También tuvo Feria de septiembre desde el siglo XIII y Mercado semanal y de ganado desde el siglo XIV, por concesión del Rey Enrique IV. En 1355 Pedro I el Cruel, segrega Requena de Utiel y le otorga la carta puebla y el título de “Leal Villa”.

La etapa de mayor paz y prosperidad llegó a Requena bajo el reinado de los Reyes Católicos, con la unificación de Aragón y Castilla, pasando a segundo plano la función defensiva y aumentando notablemente la función comercial. Ya en el siglo XVIII, Requena vive una floreciente etapa de bonanza, gracias al desarrollo de la industria sedera llegando a tener 800 telares y convirtiéndose en el cuarto centro sedero de España. También crece su población, que pasa de 4000 a 10000 habitantes. A la muerte de Fernando VII, los vecinos requenenses se sumaron a los partidarios de Isabel II y en reconocimiento al rechazo y a la defensa de la plaza ante los Carlistas, fue otorgado a Requena, en 1836, el título de “Muy Noble, Leal y Fidelísima Ciudad de Requena”.

La incorporación de Requena a Valencia se produce en junio de 1851, por razones económicas y geográficas. La incorporación en el ámbito de la jurisdicción eclesiástica se retrasaría hasta 1957. En el Siglo XIX Requena sufre una gran transformación debido a la crisis de la industria de la seda, al auge de la viticultura y al desarrollo de las comunicaciones, lo que la transforma en una ciudad industrial, agrícola y comercial. Su mayor actividad económica se basa en el cultivo de la vid y la mejora en la producción de vino, siendo en la actualidad uno de los municipios con mayor superficie de cultivo de viñedo y de mayor producción vinícola.

 

La ciudad de Requena

La Ciudad de Requena está situada en la parte oriental de la comarca Requena-Utiel, en la provincia de Valencia (Comunidad Valenciana, España). Históricamente ha pertenecido a Castilla y su territorio es conocido como la "Valencia Castellana". Su término municipal se extiende por una gran parte de la cuenca superior del río Magro y es el mayor término municipal de la comunidad valenciana. Cuenta con 20.621 habitantes.

Está ubicada entre la meseta castellano-manchega y el mar mediterráneo del que tan sólo la separan 67 kilómetros. Su clima es mediterráneo continental, de grandes contrastes térmicos y precipitaciones, de veranos calurosos en comparación con las áreas de litoral, pero de noches de verano frescas. Los inviernos son significativamente más largos que en el litoral y mucho más fríos. Es un territorio con importantes recursos hidráulicos y una orografía de gran belleza y contrastes. Se encuentra situada en la zona más occidental de la provincia de Valencia, donde el río Cabriel la limita por el OE y el S con profundas gargantas; al E y N, la Sierra de Juan Navarro y el Pico del Tejo (1.250 msnm) la separan de las serranías del Turia. Abundan los pinares, fuentes y manantiales y el Río Magro es uno de los accidentes que más marca esta llanura. En toda ella se extienden zonas de cultivo, predominando los viñedos, en los que se basa la economía local. Requena está considerada como una auténtica puerta de la Meseta.

En 1836 debido a su apoyo a Isabel II en las Guerras Carlistas se le concede el título de “Muy Noble, Leal y Fidelísima Ciudad de Requena”, obteniendo por tanto su segundo nombramiento y escudo como ciudad, además de la Bandera de la Ciudad, con el privilegio de que La Bandera de Requena no se agacha ante nada ni ante nadie, posee una calle dedicada en Madrid, frente al Palacio Real.

Incluida inicialmente en la provincia de Cuenca según la división provincial de Javier de Burgos de 1833, en junio de 1851 pasa a formar parte de la provincia de Valencia en una nueva división provincial española. Las razones de este cambio no fueron de carácter histórico sino geográfico y comercial. Las razones geográficas vienen determinadas por la drástica separación que suponía el río Cabriel, cuyo valle se salvaba con mucha dificultad atravesándolo por carretera en el puerto de Contreras, de modo que el profundo cauce del río sirve de frontera natural entre las provincias de Cuenca y de Valencia, donde penetra por Casas del Río (Requena); las razones comerciales se derivan de la gran producción vinícola exportable de la comarca de Requena-Utiel la cual tenía que salir por medio del puerto más cercano (Valencia), dirigido al mercado europeo, principalmente hacia Francia. Los continuos viajes del carguero de bandera suiza Leman, y otros, que transportaban vino a granel entre Valencia y el puerto francés de Sète tras la Segunda Guerra Mundial, son una indicación de los vínculos comerciales de esta comarca con la provincia y puerto de Valencia.

Después de la crisis de la industria de la seda, surge en Requena en 1910 la enseñanza enológica gracias a la Estación Enológica de Requena dirigida por Rafael Janini, quien definiría la trayectoria económica que debería seguir la ciudad para sustentarse en la producción de vino. Continuando la trayectoria vitivinícola, en 1961 se inaugura y comienza a funcionar su Escuela de Enología (inicialmente llamada Escuela de Capataces, Bodegueros y Viticultores de Requena), una de las primeras escuelas enológicas de España, dirigida por Jesús Antonio Sánchez-Capuchino y Lloréns.

La Ciudad de Requena basa su actividad económica fundamentalmente en el cultivo de la vid y la mejora en la producción de vinos, siendo en estos momentos, con unas 18.000 hectáreas, uno de los municipios de España con mayor superficie de cultivos de viñedo y mayor producción vinícola. Junto a sus pueblos vecinos Camporrobles, Caudete de las Fuentes, Fuenterrobles, Siete Aguas, Sinarcas, Utiel, Venta del Moro, y Villargordo del Cabriel, conforman la “Denominación de Origen Utiel-Requena” dedicando en total más de 40.000 hectáreas al monocultivo de la vid, siendo más del 94% de variedades tintas y el resto blancas.

Lugares de interés

Sus museos, salas de exposiciones y conciertos

La Ciudad de Requena realiza una intensa, rica y variada actividad cultural por lo que buena parte de su patrimonio histórico-artístico ha sido destinado a alojarla. El Museo Municipal de Requena, fundado en 1968 y ubicado en el antiguo Real Convento del Carmen ―el más antiguo de la Orden Carmelitana en toda Castilla―, alberga extraordinarias colecciones permanentes de etnología, arqueología y ciencias naturales. El Museo de Arte Contemporáneo “Florencio de la Fuente” que, ubicado en la Cuesta del Ángel, debido a su singular arquitectura se constituye en edificio emblemático del conjunto histórico-artístico de la ciudad. Alberga una colección de obras de enorme diversidad de temas, técnicas y procedimientos artísticos. El Museo del Vino, ubicado en el Palacio del Cid ―un majestuoso edificio de construcción gótica―, describe las particularidades del vino de Requena y exhibe piezas características de los procesos de elaboración y conservación del vino. El Museo de la fotografía FOCAM, ubicado en el Barrio de la Villa, es una antigua casa de planta pequeña en cinco alturas, que ha adaptados sus espacios a salas de exposición donde se describe la historia de la fotografía desde su invención hasta la actualidad. Su colección cuenta con daguerrotipos, ambrotipos, fotos estereoscópicas… y una extraordinaria colección de cámaras de todos los formatos.

Situado en el Barrio de La Villa, el precioso Museo de la seda, ―testimonio vivo de la importancia que tuvo la industria sedera en Requena―, y cuya casa alberga muebles y elementos decorativos del siglo XIX y principios del XX, centrando su atención en reconstruir al visitante la historia de la seda. Conserva un telar, ruecas, lanzaderas, peines, devanadoras, hilos… En pleno barrio de La Loma, encontramos el Museo de la Semana Santa, ubicado en el antiguo Convento de San Francisco, que aloja la exposición y muestra de imágenes, fotografías, indumentaria y vídeos…, un total de 13 pasos que representan la Pasión y Muerte de Cristo durante la Semana Santa en Requena.

Una bonita experiencia es la visita al Museo-Caserío de las Sistiernas, es como un pueblo que mantiene vivas varias casas y recrea, a través de 5.000 objetos, la vida de los antepasados requenenses: el vino, el trabajo, las costumbres, las fiestas… Se pueden ver también los corrales, las cuadras, el horno, la sala destinada a la matanza del cerdo y los antiguos depósitos para guardar el vino. La cultura del vino tiene su cita en el Museo de la vendimia que, a través de sus salas, nos adentra en la indumentaria, la tradición y la historia de la Fiesta de la Vendimia. En la primera planta, dedicada a la indumentaria, encontramos una muestra de los trajes típicos requenenses.

Encontramos en la ciudad otros monumentos como la Torre del Homenaje, construida en el siglo X y reconstruida en el XV, con una altura de 23,5 m. Acoge en su interior un Centro de Interpretación que permite conocer la historia de la ciudad desde sus orígenes hasta la actualidad. Desde su terraza se tiene una magnífica vista de Requena. Bajo la Plaza de la Villa, se encuentran 22 cuevas que datan de época musulmana (siglos XII y XIII), las Cuevas de la Villa, que tuvieron uso hasta el siglo XVII. Debido a sus maravillosas condiciones térmicas, las cuevas eran usadas como bodega, despensa, silo, incluso como refugio.

Por último, los magníficos conjuntos arquitectónicos que constituyen el Templo de San Nicolás, en el que convergen diferentes estilos: gótico de las bóvedas, renacentista del coro o la portada, cúpula y ábside barrocos y cuyo interior alberga fragmentos de pinturas románicas, góticas y barrocas, restos de tumbas antropomorfas, trampantojos de la Capilla de la Comunión y las criptas y osarios, y la Iglesia de Santa María, con su magnífica portada de estilo gótico y su interior gótico-barroco, la iglesia, convertida en granero durante la Guerra Civil, desde que se abrió al público tras su restauración en 2005 está destinada a sala de exposiciones y conciertos.

Sus barrios

El Barrio de La Villa, declarado conjunto histórico-artístico (1966), conserva un enorme patrimonio de la ciudad legado durante siglos. El promontorio rocoso donde se sitúa La Villa, ha condicionado no sólo la historia de Requena sino su desarrollo urbano: ya en época almohade, el Barrio de La Villa tenía la estructura típica de las ciudades hispano-musulmanas. Se trata de un precioso barrio medieval amurallado, que alberga la mayoría de los monumentos de Requena como las iglesias de San Nicolás, Santa María y el Salvador, la Torre del Homenaje y la Fortaleza y edificios-museo como la Casa Mayor del Arte de la Seda, el Palacio del Cid, el Museo de Arte Contemporáneo "Florencio de la Fuente", la Judería y las Cuevas de la Villa. El centro principal del barrio es, desde el siglo XVI, la Plaza de la Villa, actualmente llamada Plaza de Albornoz.

El Barrio de Las Peñas es el segundo más antiguo de Requena. Se formó hacia el año 1300 cuando parte de la población musulmana que vivía en La Villa fue desplazada hacia un montículo rocoso, al norte de la ciudad fortificada, conocido como Las Peñas, desarrollando un barrio mudéjar de pastores y campesinos que conservó, durante más de un siglo, sus costumbres y religión musulmana. A mitad del siglo XIV se produce la conversión al cristianismo de sus vecinos y la construcción de una ermita dedicada a San Sebastián, alrededor de la cual se apiñaron las viviendas acomodándose a las irregularidades del terreno dando lugar a un conjunto de callejones ensortijados y estrechos que aún pueden apreciarse en la parte original del barrio. En la fiesta de San Sebastián de Las Peñas sobresalen, como elementos tradicionales, la hoguera de la noche de la víspera, con su lucha de cohetes, la recogida de las tortas de pan bendito con sus pasacalles, música y petardos, y la “pará” o subasta de donativos, como exvotos al Santo.

El Barrio del Arrabal se formó en el siglo XVI al trasladarse la antigua judería del Barrio de La Villa a los pies del Convento del Carmen construido extramuros en medio de la fértil huerta. En el primitivo arrabal vivían judíos, dedicados al comercio, herreros, mesoneros, arrieros, frailes…, frente al convento se construyó el Molino harinero del Carmen, actualmente derruido y en la salida hacia Valencia se situaron las herrerías. También cerca del convento estuvo el prostíbulo y el hospital, la Posada de los Frailes y el Mesón del Conde de Ibangrande, así como la casa llamada del Salero. En la actual calle de Marquillo estuvo situada la casa del Diezmo y en la del Peso, la casa del Peso de la Harina. En 1851 el convento pasa a ser propiedad del Ayuntamiento y su huerta se transformó en el Parque de La Glorieta, unido a la plaza Consistorial. Durante el siglo XIX el Arrabal se convirtió en el centro urbano de la ciudad, concentrando la actividad comercial y de servicios. Sin embargo, los viejos callejones del Arrabal, estrechos y recoletos conservan la semejanza con las calles de La Villa, lo cual nos habla de su antigüedad, salpicados de casonas dieciochescas de influencia valenciana.

Su patrimonio

Requena sorprende por la enorme cantidad de estilos artísticos que alojan sus diferentes monumentos: el gótico de la fachada de la Iglesia de Santa María; la fachada y torres neoclásicas de la Iglesia de San Nicolás; el templo del antiguo convento de los Carmelitas ahora Iglesia del Carmen; el Convento de San Francisco, que sirvió como fuerte y presidio, construido sobre una ermita dedicada a Nuestra Señora de Gracia; el gótico tardío de la Iglesia del Salvador o el artesonado mudéjar de la Ermita de San Sebastián.

De origen musulmán conserva La Fortaleza, rehabilitada de manera que el espacio interior queda diáfano y se convierte en un gran patio de armas, lugar extraordinario para disfrutar de espectáculos en las tardes y noches de verano. El detalle ornamental más destacado de la Torre del Homenaje es la maroma tallada en piedra con nudos en las esquinas. La leyenda dice que sacaron los ojos al artesano que la labró para que no hiciera otra igual. También de origen musulmán la Medina, que era el núcleo principal de La Villa de Requena, donde se encontraban los edificios más importantes y las calles comerciales.

Otros monumentos para el visitante son la Puerta del Ángel, uno de los accesos al recinto amurallado del Barrio de La Villa; la Plaza de La Villa, centro principal de la ciudad donde se realizan ferias y mercados; el Monumento Universal a la Vendimia, obra del arquitecto Ricardo Rosso y el escultor Esteve Edo; la Plaza de toros, espacio también dedicado a la cultura con la celebración de conciertos; el Teatro Principal de estilo racionalista que concentra la mayor actividad cultural de Requena o la Estación de Viticultura y Enología, cuya labor se ha centrado en la realización de ensayos sobre técnicas enológicas y de cultivo para mejora de la calidad de sus vinos.

Ya fuera de la ciudad es hermosa la visita al Puente de Jalance, que comunicaba a los habitantes de Requena con otras comarcas favoreciendo la labor comercial. En 1980 se levantó un nuevo puente de Jalance sobre el Magro, dejando sin uso al antiguo. También es apetecible la visita al Puente de Santa Cruz, considerado uno de los puentes más importantes del viejo alfoz de Requena.